Salgo a caminar
Por la cintura cósmica del sur
Piso en la región
Más vegetal del tiempo y de la luz
Siento al caminar
Toda la piel de América en mi piel
Y anda en mi sangre un río
Que libera en mi voz
Su caudal
Sol de alto Perú
Rostro Bolivia, estaño y soledad
Un verde Brasil besa a mi Chile
Cobre y mineral
Subo desde el sur
Hacia la entraña América y total
Pura raíz de un grito
Destinado a crecer
Y a estallar
Todas las voces, todas
Todas las manos, todas
Toda la sangre puede
Ser canción en el viento.
¡Canta conmigo, canta
Hermano americano
Libera tu esperanza
Con un grito en la voz!
Esta canción maravillosa siempre me deja como con el pecho en alto. Y hoy, bicentenario de mi patria, vuelvo a decir ¡Viva Chile! Uno que tiene que ver con el orgullo de ser chilena, con el orgullo que mi plato favorito sea, efectivamente, los porotos granados con mazamorra. El orgullo de haber dicho, en algún momento pasado, "nica me hago gringa... prefiero renovar la green card cada 10 años, pero yo no renuncio a mi ciudadanía chilena JAMÁS". Imaginarme a mi misma entrando de visita a Chile, mi hermoso país, y teniendo que pagar 100 dólares de impuesto al turista era irrisorio. Y Scott tuvo que entender no más. En todo caso, él también se enamoró de la gente chilena. Siempre me dijo que si los chilenos no fuéramos tan flojillos, no habría nadie quien parara a este país. Por lo tanto, una vez que ya no tenía nada que estar haciendo en las gringolandias, ¿pa' dónde me vine? Para mi Chilito querido. ¿Dónde estoy haciendo ciencia? En mi Chilito querido. Y soy más que feliz aquí. Y aquí me quedo. Por lo tanto, este himno maravilloso, cantado por la increíble Mercedes, viene a ser como el cumpleaños feliz para este país que me ha dado tanto.
Feliz Bicentenario
No hay comentarios:
Publicar un comentario